carta de políticas públicas

Homo sapiens y masas non sapiens
Dr. Fernando Talavera

La era informática que vivimos ha incrementado la masificación y la transformación del ser humano en robot, situación que ha devenido en hombres y mujeres fácilmente extraviables. Esta pérdida de individualidad lo ha impulsado a buscar refugio, de su propia y angustiante inseguridad y del aislamiento que lo atenaza, en los grupos y en las masas, adecuando a ellos sus propios comportamientos sociales y políticos. Se trata de un círculo cerrado del cual difícilmente se puede salir, puesto que en el exterior y en el interior del individuo existen condicionamientos tan poderosos que objetivamente le impiden otra opción.

En este marco subjetivo la manipulación de las masas se logra fácilmente gracias al aporte de nuevas técnicas mediáticas de persuasión y de manipulación de conciencias. Lo dicho podría explicar por qué el término demagogia sigue potenciando sus ancestrales significados mediante la incorporación de nuevos contenidos; por ejemplo, en la existencia de las relaciones sado-masoquistas que presiden el vínculo entre el demagogo y las masas, ahora potenciado por la televisión. Esta es una relación que tiende a ayudar al hombre mujer-masa a escapar de la soledad, de la impotencia, de la alienación y de la apatía que impregnan a la sociedad contemporánea.

El carácter autoritario, que como fondo vincula al líder y a las masas, es lo que consolida esta correspondencia al existir por parte de las masas una verdadera identificación con el líder existente y todopoderoso mediante un momento de exaltación individual y colectiva y, en consecuencia, una aceptación supina de sumisión. Esta relación con el líder es algo similar a la exaltación fanática de los campeones deportivos (léase selección mexicana) o del show-business (¿López Dóriga?), ambos unidos por la identificación del “éxito”, los primeros ciertamente con un encomiable esfuerzo individual y el segundo vigorizado por un maremágnum tecnológico.

Más aún, podría decirse que la campaña electoral por la Presidencia de la República no está exenta de una manipulación masiva que no enorgullece a nadie. Necesitamos aprender a pensar por cuenta propia, reencontrarnos con lo mejor de nuestras raíces y así enfrentar nuestras realidades, nuestros problemas nacionales ahora influidos por un mundo en pleno cambio tecnológico. Un buen principio pudiera ser el encarar las inhumanas tropelías migratorias de nuestros vecinos del norte, ¿aliados?, los más cercanos son los chicanos con quienes estamos hermanados por una cultura ancestral, y también con los hispanos unidos por una lengua común.