Economia Informa No. 354 (Septiembre-Octubre 2008)
Energía: análisis, crítica, propuestas
Presentación (Continuación)
Energía: análisis y propuestas en una perspectiva
interdisciplinaria, con atención al largo plazo
y énfasis en las dimensiones internacionales
No se pretende cubrir esas carencias con este número, pero el hecho de
constatarlas nos permite definir un camino para organizar la presentación
de sus materiales. En la comunidad académica de la Facultad de Economía
existe un serio interés por comprender los problemas que se presentan en el
funcionamiento cotidiano de la economía y por analizar las políticas y medidas
para hacerles frente. Este es un punto de partida que tiene que ver con
la economía como método de análisis y con la responsabilidad de los economistas,
entrenados en el análisis crítico y en la elaboración de propuestas.
Por esta razón se abre este número con un artículo que aborda un tema que
ha adquirido gravedad y urgencia: la insuficiente recaudación tributaria y la
carga que el actual régimen fiscal le impone a Pemex, situación que, además
de otras implicaciones de fondo, condena a Pemex a una grave debilidad
financiera, en perjuicio de su modernización y de un mejor papel que podría
desempeñar en la economía. A partir de ese tema, que es analizado con información
precisa, además de incluir una dimensión teórica interesante, los
materiales de este número se presentan en una secuencia que permite profundizar
en otros temas y niveles fundamentales para el análisis energético.
Con esa perspectiva tenemos así de entrada la contribución de Emilio
Caballero Urdiales y de Carlos Tello Macías, quienes analizan de manera
detallada los Ingresos Presupuestarios del Sector Público de México y el lugar
que en ellos ocupan los ingresos petroleros. Después de poner en evidencia la
magnitud e importancia de éstos últimos y de analizar de manera detallada
su composición y destino, proponen un nuevo régimen fiscal para Pemex que
toma en cuenta de manera central a la renta petrolera. El objetivo es aliviar la
situación financiera de Pemex y permitirle un mayor financiamiento para su
modernización y desarrollo, al mismo tiempo que se logra un aporte significativo
a la hacienda pública. En un contexto reciente en el que se ha puesto
de moda hablar de la renta petrolera, muchas veces de manera poco rigurosa,
construir con base en una delimitación de ese concepto una propuesta de reforma
fiscal para Pemex constituye una importante contribución.
Ahora bien, el tema de la renta petrolera nos lleva directamente al análisis
del mercado petrolero internacional, un tema que como señalan Raúl
Delgado Wise y Ángel Toledo Tolentino “ha recibido relativamente poca
atención en los análisis y controversias sobre la Reforma Energética”. Es importante
recalcar este punto, ya que la situación de Pemex y sus transformaciones
se inscriben en un escenario que supera los marcos nacionales. En este contexto, los autores mencionados estudian las características del actual
mercado petrolero internacional con una perspectiva histórica y poniendo
un especial énfasis en la disputa y distribución de la renta petrolera. En una
escena energética internacional en la que se han dado importantes cambios,
México y Pemex se han mantenido a la zaga y deben ahora enfrentar los
desafíos de una reforma energética que enderece el rumbo y reposicione al
país en el ámbito energético mundial. Esto es particularmente urgente, ya
que para Delgado Wise y Toledo Tolentino nos encontramos en el inicio de
una nueva etapa en la evolución del mercado petrolero internacional. De su
análisis, en el cual enfatizan los aspectos estructurales, resaltan aspectos de
particular importancia para México: la naturaleza estructural del cambio en
los precios del petróleo crudo, el papel que en ese cambio desempeñan los
mercados financieros y de futuros y la necesidad de una transición que asegure
en el largo plazo la seguridad energética, al aproximarse el límite de la
era del petróleo.
Como país productor y exportador de petróleo –cuya continuidad en este
último papel dependerá de lo que resulte de la reforma petrolera–, México
deberá lograr en los próximos años una mejor c aptación y administración
de la renta petrolera. En esta dirección es importante estar atentos a experiencias
de países exportadores en los cuales no se ha dado la «maldición
de los recursos naturales» y cuyo estudio permite superar las teorías que
relacionan inexorablemente renta e inestabilidad o renta y problemas económicos.
En esa perspectiva sitúa Isabelle Beaulieu su estudio sobre el caso de
Malasia. Según la autora, el desempeño de este país puede ser leído como el
éxito de un Estado que obtiene la mayor parte de sus ingresos bajo la forma
de renta. Este Estado rentista, apostando a la exportación de recursos naturales
–entre ellos el petróleo–, ha logrado un país estable, con una economía
en crecimiento y globalizada. La renta y las instituciones han sido la base de
esos éxitos: “instituciones fuertes, financiadas por una renta abundante movilizada
por el gobierno”, nos dice la autora. Una de las dos instituciones/
organizaciones que merece un interés particular de la autora es PETRONAS,
la empresa petrolera creada por el gobierno. Esta empresa pública sigue las
reglas de la industria petrolera internacional, negocia acuerdos con las compañías
extranjeras y es sometida a los impuestos del Estado, como las demás
compañías. Los resultados son impresionantes: el total de los impuestos, derechos
y dividendos remitidos al gobierno por PETRONAS representan ahora
44% del total de ingresos del gobierno federal malasio, el cual los dirige sobre
todo a infraestructura, a educación, salud y otros servicios públicos. La
pareja compuesta por la renta y las instituciones, en el caso de Malasia, ha
tenido pues, según la autora, un comportamiento exitoso: las élites políticas han promovido el carácter rentista de la economía para invertir en el desarrollo
y distribuir los recursos generados para mejorar las condiciones de la
población. Considera, sin embargo, de manera crítica las perspectivas de un
Estado rentista que no ha logrado parar la corrupción y evitado que se introduzca
un sentimiento de inseguridad. Según la autora, el Estado malasio ha
demostrado resiliencia cuando proporciona condiciones de vida adecuadas
a la población, pero “Si el gobierno no aporta ya ese sentimiento de confianza
y de seguridad que ha caracterizado al país durante tanto tiempo, el
equilibrio puede romperse”.
Las experiencias conocidas de los Estados rentistas no apuntan al
desempeño que se ha dado en Malasia. En todo caso, la captación de una
renta proveniente de los mercados externos, depende en parte de la posibilidad
para un país de mantenerse como exportador. Esta situación, en el
caso de México, tiene qué ver con la situación de los recursos y reservas de
hidrocarburos, en particular cuando el país tiene un consumo interno de petrolíferos
con elevados ritmos de crecimiento. Existe, sin embargo, un nivel
de mayor fondo en la discusión acerca del futuro de un país exportador. En
este nivel se sitúa Mauricio Schoijet quien plantea su crítica y cuestionamientos
tanto en relación con la pregunta de saber si es deseable que México
continúe como un país productor y exportador de petróleo, como la de saber
si es viable la continuación de un modelo energético a nivel mundial, basado
en combustibles fósiles: petróleo en particular. Sus respuestas encaminan al
lector hacia una mayor conciencia acerca de las implicaciones ambientales
del actual modelo energético, en particular, las relacionadas con el cambio
climático y sus efectos, y hacia la necesidad de una transición a energías
renovables. Según este autor, en ambos niveles, México presenta vulnerabilidades
que deben ser afrontadas con urgencia a partir de políticas y propuestas
guiadas por un internacionalismo que ponga en primer plano los
intereses de la humanidad.
La transición energética es un tema del que se habla cada vez más, a partir
de una mayor conciencia, como se señalaba en el párrafo anterior, de las
consecuencias de un modelo energético basado en los combustibles fósiles.
Tres cosas, sin embargo, deben tenerse presentes: 1) la transición será gradual
y requerirá durante varias décadas aún una contribución significativa
de esos combustibles, uno de los cuales –el carbón– está regresando en forma
espectacular a la escena energética; 2) el progreso técnico y otros factores están
modificando las condiciones del aprovisionamiento de uno más de esos
combustibles, es decir, el gas natural, a través del gas natural licuado (GNL)
que está rompiendo las restricciones y condicionamientos de los mercados
regionales. Tomando en cuenta lo anterior; 3) se están organizando acciones para enfrentar desde ahora el aumento de las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI), en el origen del cambio climático. Una de esas acciones
tiene que ver con la construcción de un nuevo mercado a nivel internacional:
el del carbono. Veamos a continuación las contribuciones que se hacen en
torno a esos tres puntos en este número.
El caso del carbón tiene un interés particular en el momento actual. La
publicación reciente del libro Charbon, les métamorphoses d’une industrie.
La nouvelle géopolitique du XXI siècle (Editions Technip, París 2008, 432 pp.)
fue la ocasión para que Angel de la Vega Navarro conversara con su autor,
Jean-Marie Martin-Amouroux. Uno de los aspectos interesantes de este libro
reside en mostrar que el carbón, contrariamente a lo que se pensaba generalmente
hace pocos años, mantendrá un lugar significativo en el balance
energético, sobre todo para la producción de electricidad en países como
Estados Unidos y China. Esta presencia, la cual tenderá a incrementarse, se
explica por las profundas transformaciones institucionales, organizacionales
y tecnológicas, que han dado lugar a una verdadera metamorfosis de la
industria del carbón y a una nueva geografía de este energético, con importantes
implicaciones geopolíticas. La industria del carbón, en efecto, se ha
transformado y se ha extendido hacia China e India, entre otros países, sin
dejar de tener una fuerte presencia en países desarrollados como Estados
Unidos, sobre todo por las exigencias de su seguridad energética. “El carbón
va a permanecer efectivamente como la piedra angular de la política energética
de Estados Unidos”, sostiene Jean-Marie Martin-Amouroux.
En cuanto al gas natural, Jaime Ramírez Villegas analiza las perspectivas
de ese energético en México, en particular para la generación de electricidad.
Pone en evidencia sus bondades, sobre todo desde el punto de vista de su eficiencia
y de sus impactos ambientales, pero también los factores que pueden
afectar su viabilidad para cimentar la expansión de la industria eléctrica. Se
interesa en particular en la disponibilidad de ese recurso, tomando en cuenta
la situación y perspectivas de las reservas probadas, y en la volatilidad de sus
precios, la cual tiene consecuencias para el país a causa del mecanismo que se
utiliza para fijar los precios internos del gas natural. Se trata de asuntos importantes
ya que se prevé un escenario en el que la generación eléctrica a base
de gas natural desempeñará un papel más dinámico. Aunque se espera un
incremento de la producción nacional de este energético, no es posible ignorar
la importancia que han tenido las importaciones en los últimos años, las cuales
consistirán probablemente cada vez más en gas natural licuado (GNL), transportado
por vía marítima. Esta modalidad permite una mayor flexibilidad y
márgenes de maniobra que el país puede aprovechar coyunturalmente, sin
que necesariamente represente la mejor opción en el largo plazo.
Las modalidades y patrones del consumo energético, cuyas características
y ritmos no es seguro que tengan quiebres radicales en los próximos años,
hacen necesario el análisis e implicaciones de la probable prolongación del
paradigma fósil durante algunas décadas. En ese contexto y ante la gravedad
de las implicaciones ambientales, es importante estudiar el alcance de ciertas
acciones y medidas que se están implementando en el plano internacional.
En este contexto, Hugo Aragón Rodríguez se interesa en el surgimiento de
un nuevo mercado: el Mercado de Carbono o mercado de bonos de carbono.
Con base en antecedentes, de manera particular en Estados Unidos, la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se
ha propuesto, a través del Protocolo de Kyoto, utilizar a los mercados para
administrar bienes públicos ambientales a nivel mundial, el adecuado a la
naturaleza del cambio climático. El punto interesante es el surgimiento de
mercados relacionados con la implementación del Protocolo de Kyoto y la
participación en su construcción de gobiernos, empresas, instituciones académicas
y organizaciones diversas de la sociedad civil. Esa amplia cobertura
en diferentes niveles, en el caso concreto del mercado del carbono, ha permitido
una seguridad institucional para desarrollar plataformas comerciales y
relaciones de mercado. Esos mecanismos pueden facilitar las acciones para
el mejoramiento ambiental, a través de transacciones de carbono que hagan
posible alcanzar las metas de compromisos de reducción de emisiones. Su
éxito, sin embargo, como lo señala el autor, dependerá de “la voluntad política
y el poder de decisión de los principales actores implicados (gobiernos
nacionales y regionales), los intereses privados (empresarios nacionales y
grandes transnacionales) y los intereses públicos (ciudadanos en general)”.
Como se podrá constatar mediante una lectura detallada de los materiales presentados aquí de manera resumida, este nuevo número de Economía Informa dedicado a las cuestiones energéticas cumple con los li neamientos seguidos en los anteriores: abordar temas relativos a las coyunturas energéticas en una perspectiva interdisciplinaria, con atención al largo plazo y otorgando una importancia especial a las dimensiones internacionales.
Angel de la Vega Navarro*
Coordinador del número
* Profesor titular del Posgrado de Economía y del Posgrado de Ingeniería (Campo de
Conocimiento Energía) de la Universidad Nacional Autónoma de México. Titular de la
Cátedra Extraordinaria “Maestro José María Luis Mora” en Economía Internacional (Mercado
Mundial de Hidrocarburos y Fuentes Alternas de Energía).