En la actual crisis global, la energía es de nuevo un tema central, así como sus mercados nacionales e internacionales, sus industrias y empresas, sus conexiones con otros fenómenos, particularmente los financieros, ambienta­les y geopolíticos. Su estudio sistemático, semana a semana, en el marco del seminario de la Cátedra Extraordinaria “José María Luis Mora”, patrocinada por la Facultad de Economía y por la Asociación de Ex-Alumnos de la Facul­tad de Economía (AEFE),1 desembocó en el coloquio que tuvo lugar el 25 y 26 de junio de 2009 en la Casa de la Universidad de California en México.2 Este evento académico se nutrió básicamente con las presentaciones de los parti­cipantes en la Cátedra, la mayoría estudiantes de maestría y doctorado, pro­venientes de la economía y otras ciencias sociales, así como de las ciencias físico-naturales y de las ingenierías. Este número de Economía Informa recoge precisamente una selección de los trabajos presentados en el coloquio.

Las actividades de la cátedra se desarrollaron a lo largo de dos semestres (septiembre 2008–agosto 2009), con el objetivo de incorporar conocimientos recientes y avances de investigación en el tema: “Mercado Mundial de Hi­drocarburos y Fuentes Alternas de Energía”. La cátedra se convirtió en un espacio para impulsar actividades y proyectos académicos, a partir de las propuestas de su titular. En torno a ellas, se desarrolló un trabajo interdis­ciplinario que se nutrió de las iniciativas de los participantes, de materiales actualizados distribuidos en las sesiones y de las contribuciones de especia­listas invitados, tanto nacionales como internacionales.

En el coloquio se presentaron 14 ponencias, en torno a dos temas prin­cipales: 1) Energías fósiles: mercados, tecnologías, organización de las in­dustrias; 2) Transición energética, energías renovables, nuevos mercados energético-ambientales. No se tratará en esta introducción de presentar de manera exhaustiva el contenido de las ponencias y de los intercambios y debates que se dieron en el coloquio. Sólo se mencionan dos líneas centrales que aparecieron a lo largo de sus sesiones, sin menoscabo de otras igualmen­te importantes:

- En la coyuntura actual, es importante seguir el desarrollo de nuevos marcos institucionales, procesos tecnológicos y formas de organización para una transformación de las industrias de energías fósiles y para en­caminarse hacia un lugar más importante de las renovables. Todo ello puede abrir nuevas vías para el crecimiento económico y para la instau­ración de una economía en las que predomine un consumo energético y actividades económicas “bajas en carbono”. Varios países avanzan en esa dirección: México no debe quedar rezagado, en particular por el lugar que ocupan los hidrocarburos en su balance energético y por ser desde hace varias décadas exportador de petróleo.

- El énfasis en los temas ambientales, en particular los relacionados con el cambio climático, traducen un cambio de enfoque: las políticas energé­ticas se vinculan ahora estrechamente a las ambientales. Esto tiene una importancia particular para México, no solamente por su ubicación en Norteamérica, sino en el plano mundial, al tener que enfrentar los plan­teamientos y exigencias que sin duda estarán presentes en la reunión de Copenhague, el próximo mes de diciembre.

Es importante de entrada ubicarnos en nuestro entorno geográfico, en el cual han surgido nuevos enfoques en la temática energético-ambiental que tienen implicaciones para nuestro país. Este es el propósito de Iñigo Gabriel Martí­nez Peniche, cuyo trabajo busca enmarcar los desafíos y oportunidades que se presentan en el ámbito de la cooperación en América del Norte, particu­larmente en lo que respecta a Estados Unidos y México. El autor considera que se está dando una nueva percepción sobre los temas energético-ambien­tales debido, por un lado, al agravamiento de los impactos en el medio am­biente, derivados de la explotación intensiva de recursos energéticos fósiles y, por otro lado, al arribo a la presidencia de Barack Obama. En ese contexto, el autor se interesa en las posibilidades que se presentan para México, así como en las nuevas estrategias de negociación susceptibles de modificar los patrones tradicionales de colaboración y cooperación caracterizados hasta ahora por la asimetría y la subordinación respecto a Estados Unidos. Para el autor, aunque las razones de fondo que explican la asimetría en el proceso de integración energética regional son de carácter estructural, el Estado mexica­no tiene el desafío de elaborar nuevas estrategias de negociación en materia de cooperación energético-ambiental desde la perspectiva de la transición energética con el fin de reducir la dependencia con sus socios en América del Norte.

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